8/07/2010

Introducción

Breve mirada retrospectiva de la Santa María (1)

La colonia Santa María la Ribera es hija de la reforma liberal de 1857 y del incipiente, a la vez que embrionario, desarrollo inmobiliario en el México de la segunda mitad del siglo XIX. Se planea poco después de promulgadas las leyes de desamortización de bienes del clero. Intervino como factor para su creación la alta densidad demográfica que ofrecía la ciudad de México, cuyos límites físicos al concluir la sexta década del siglo XIX eran casi los mismos que dos siglos atrás, mientras que la población se había casi triplicado en ese lapso. Los orígenes de la Santa María hacia 1859-1861, como una de las primeras urbanizaciones en la capital del país, tuvieron un incierto primer objetivo de vender lotes para pequeñas granjas, a un par de kilómetros del entonces límite poniente de la ciudad. Tal vez porque los terrenos en los que se realizó la colonia que nos ocupa, eran espacios que pertenecieron a la hacienda de La Teja y, más concretamente, del rancho de Santa María, de donde proviene parte de su denominación. Lo de la Ribera le viene de ser aledaña a la avenida que ha comunicado la ciudad con el pueblo de Tacuba, designada como la Ribera de San Cosme, dado que se despliega en las proximidades de la iglesia de San Cosme y San Damián, del periodo virreinal. También de esa época es el espléndido edificio conocido como la Casa de los Mascarones.

El Museo Nacional de Historia Natural (actual Museo Universitario del Chopo), ca. 1920.

Unos años después de la i
ntervención francesa, al ser restaurada la República, la colonia Santa María comenzó a desenvolverse como fraccionamiento urbano: la mayoría de sus ocupantes provenía de los incipientes sectores sociales medios que había en el país en ese tiempo, aunque también se avecindaron en ella algunas familias de los sectores sociales dominantes. A partir de entonces, allí vivieron, entre otros, personalidades destacadas de la política, profesionistas, literatos de renombre, artistas plásticos afamados, músicos de gran reconocimiento y en general familias pertenecientes a una emergente clase media urbana de profesionistas, medianos empresarios y empleados del sector privado y la administración pública.

Río Consulado antes de ser entubado en el actual Circuito Interior, ca. 1920.

Esta no fue la primera colonia
en la ciudad, pues le antecedió, por unos meses, la de Los Arquitectos, una porción de la actual San Rafael (Morales, 1977:21). Además, casi 20 años antes se había asentado al poniente de la ciudad, hacia el barrio de San Juan, una colonia de ciudadanos franceses, avecindados en México, conformando la primera urbanización fuera del casco antiguo de la capital mexicana. Empero, la Santa María sí fue pionera en muchos rubros urbano-arquitectónicos y principal generadora de la expansión hacia el poniente del territorio citadino, en el último tercio del siglo XIX. Innovadora en su traza, con calles más anchas que las de la ciudad existente, también lo fue en la infraestructura y equipamiento urbanos. Asimismo, en ese barrio se inicia el uso del hierro estructural en los sistemas constructivos habitacionales, pues dos décadas antes de que allí se construyera el Pabellón Japonés, hoy Museo del Chopo (1909-1910), ya se empleaban viguetas de hierro para reforzar sistemas de soporte vertical y en cubiertas de bovedilla de algunas casonas del barrio. Del mismo modo, desde el último cuarto del siglo XIX, en ella se exploraron nuevas soluciones espaciales, con partidos diferentes al esquema de patio central heredado del virreinato.

La parroquia de San Cosme. Ex Convento de los descalzos viejos. Hasta aquí llega el acueducto de la Verónica que trae el agua delgada del Desierto de los Leones y de Santa Fe, litografía, en : Manuel Rivera Cambas, México Pintoresco, artístico y monumental, Imprenta de Reforma, 1880, BARPE, MN.

Actual esquina de Ribera de San Cosme y Serapio Rendón.


El porfiriato acompañó sus luces primeras, y las décadas iniciales del México posrevolucionario le dieron continuidad como colonia floreciente. Fue en esos años cuando quedó fincada casi en la totalidad de sus predios, consolidando su carácter de territorio poblado principalmente por la pequeña y mediana burguesías, aunque también permanecieron habitándola algunas familias burguesas que no se mudaron a la Roma o, más tarde, a las Lomas, a Polanco o a la Anzures. Su periodo de auge se mantuvo cuando menos hasta la primera mitad del siglo XX, cuando seguía siendo un espacio tranquilo y casi exclusivamente habitacional. Luego, de manera paulatina, fue entrando en cierto descuido material y en la segunda mitad de ese siglo fueron emigrando la mayor parte de las familias de más ingresos. Al mismo tiempo, muchas de las casonas y residencias se fraccionaban, convirtiéndose en varias viviendas o se demolían para construir edificios de departamentos.

A partir de 1970 se hace más patente el abandono físico de muchos inmuebles y se acelera la salida de población, proceso que, como veremos, se ha mantenido entre el censo de 1990 y el Conteo de Población de 2005. Paralelamente, se va dando un cambio en el uso del suelo, adquiriendo mayor presencia el comercio y otras actividades económicas, sobre todo del sector servicios. Avanza la reconfiguración social de los habitantes, tendiendo cada vez más a predominar segmentos de las clases medias con niveles de ingresos más bajos. Al correr de los últimos lustros, se han acrecentado los índices delictivos en el barrio, en una proporción ligeramente más baja a la del promedio registrado en la delegación Cuauhtémoc, pero que no deja de constituir un problema serio de seguridad.

Hoy día su porvenir es más o menos predecible en algunos rubros e incierto en muchos más. Sus posibilidades de mejoramiento no están ni remotamente aseguradas, como tampoco podría sostenerse que lo está el que permanezca estancada. De igual manera, no puede descartarse que pudiera sufrir un mayor decaimiento físico y social o incluso atravesar por una acelerada degradación urbana. Pero hay atisbos que permiten vislumbrar, cuando menos en ciertos rubros importantes que atenderemos adelante, una posible evolución de relativa mejoría en el barrio para los años venideros. En especial si se toma como punto de partida la evaluación de diversos aspectos sobre su situación actual y su desarrollo reciente.

(1) ¿Hacia dónde va la la colonia Santa María la Ribera?, Guillermo Boils Morales, Departamento de Teoría y Análisis, Arquitectura, UNAM

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